La existencia de obstáculos a la movilidad de los trabajadores transfronterizos, viene marcada por la dificultad o incapacidad para salvar limitaciones de carácter administrativo, social o laboral principalmente. Para eliminar estas barreras es necesario en primer lugar tener constancia de su existencia y, en segundo lugar conocer la forma en que operan. Los trabajadores y empresarios que prestan y contratan servicios sin distinción de estados han aprendido a vencer la mayoría de los obstáculos que se les han ido presentando a lo largo de la relación de trabajo pero, pese a ello, aún persisten barreras que dificultan en mayor o menor medida la movilidad profesional y, lo que es igual de importante, los obstáculos no son idénticos para todos los trabajadores. Así, la percepción que un trabajador tiene de los obstáculos viene determinada por su conocimiento, información, situación económica, experiencia laboral, cualificación profesional y situación personal o familiar entre otros factores.

La existencia de dos sistemas sociales y políticos colindantes e integrados en un ámbito supranacional que deshabilita los mecanismos propios de sus fronteras genera forzosamente un espacio de ventajas competitivas que los agentes económicos aprovechan de forma natural. Estas diferencias no son necesariamente un problema, por el contrario, se pueden contemplar como indicadores del grado de unificación e integración de un marco económico y empresarial distinto, en el que desarrolla o puede llegar a desarrollar su carrera profesional cualquier trabajador comunitario.

La Unión Europea reconoce la característica diferencial de estos espacios, fijándose en los trabajadores que residiendo efectivamente en el territorio de un estado, son contratados por empresas que radican en el territorio de otro estado y, se desplacen sistemáticamente para hacer efectiva la prestación de servicios. Esa relación implica la sujeción a la normativa de los dos estados y por lo tanto la confluencia de derechos y deberes que, en determinados casos, pueden encontrar obstáculos para ser ejercidos en uno u otro estado. Estos mismos obstáculos pueden estar actuando como barreras a la movilidad, limitando la capacidad para contratar de cualquiera de las partes, fundamentalmente del trabajador.